lunes, 21 de septiembre de 2015

"Cabañas de Santo Domingo": la realidad que incomoda al alcalde Vera

 

Hacia fines del 2013, el alcalde de Santo Domingo, Fernando Rodríguez Larraín, se puso en contacto con el Ejército en busca de darle solución a un asunto que, a primera vista, parecería perfectamente típico y normal dentro del quehacer de una comuna: un terreno con una serie de cabañas abandonadas que, con el pasar de los años, se había convertido en un indeseable basural y foco de infecciones. En noviembre de ese mismo año, el Ejército, dueño de la propiedad, respondió a la petición edilicia procediendo a demoler la totalidad de las deterioradas construcciones.

Que un recinto vacacional ubicado en un linajudo balnerario de la costa central haya sido abandonado a tal punto por una institución, cualquiera que sea, resulta al menos llamativo. Las razones de ese tan poco comprensible descuido esconden, por desgracia, un sesgo brutal: el actual propietario nunca lo destinó para dar alojamiento a familias, sino para torturar compatriotas. Como el informe Rettig lo señala, el recinto sí fue originariamente una colonia de veraneo -de la CUT-, que, tras el Golpe, pasó a ser utilizado como campo de detención y tortura por parte del Ejército de Chile.

miércoles, 9 de septiembre de 2015

Tomas de Punta de Tralca: La dura realidad de las familias que luchan por una solución habitacional [Video]

Por Pablo Salinas

El 26 de mayo pasado los vecinos de todo el litoral nos despertamos desconcertados con la noticia: maquinaria pesada municipal, resguardada por un importante contingente de Carabineros, irrumpía en el centro cultural "La Ranita" de Punta de Tralca para hacer efectiva una orden de demolición firmada por la autoridad máxima de la comuna, la alcaldesa DC Natalia Carrasco.

La Carrasco, que cuando llegó en 2008 por primera vez al poder despertaba naturales inquietudes por su juventud, cuatro años después fue reelecta para seguir dirigiendo los destinos de la comuna quisqueña. No lo habrá hecho tan mal esa primera vez como para volver a recibir el respaldo mayoritario de la ciudadanía, es lo que cualquiera tiende a pensar ante un caso así. Pero en nuestras tierras por desgracia opera una lógica bien particular y la reelección de un alcalde no tiene que ver necesariamente con una labor administrativa municipal sobresaliente o, ni siquiera, con una figura pública de especial carisma. Esta ahora ya no tan joven alcaldesa ha ido dando últimamente señales claras de que los vicios de su padre -el también decé y también reelecto en su entonces, José Miguel, por el que hoy la justicia pide 12 años de cárcel por fraude al fisco- no ha sido una herencia muy fácil de esquivar. Como vecino de Algarrobo, lo que más directamente me había tocado vivir había sido la más que evidente animadversión dirigida hacia determinadas personas que son vistas como rivales, ya sea por motivos políticos o meramente personales, por parte de la cúpula comunal. Ese "te voy a poner las cosas cuesta arriba simplemente por ser quien eres", tan propio del caudillismo más maloliente, había empezado a salir a flote con preocupante frecuencia. En febrero pasado, cuando un encumbrado funcionario, tras dilatar más de la cuenta la autorización por parte de "la jefa" para el Festival de Blues de El Totoral, propone un acuerdo de "palabra" para, a pocas horas de iniciado el evento, dejar caer 3 (!!) patrullas de Carabineros y una camioneta de Inspección Municipal para requisar víveres y cursar una multa de más de 120 mil pesos por la realización de una actividad "sin permisos municipales", la reacción nuestra, de la comunidad vulnerada, debió haber sido enérgica, contundente. Pero no lo fue: más allá de los alegatos en el momento mismo del incidente, los multados -la temeraria ex-concejala Rosa María Leal que había tenido la osadía de firmar una denuncia contra Carrasco Papá, y su pareja- pagaron finalmente la abultada multa.